19 de Ago, 2018
Declaraci�n como Cuerpo Congregacional sobre Nicaragua
Condenar la violencia que sucede en Nicaragua
Solidaridad y Deseos de Paz para Nicaragua.
En los últimos meses el pueblo de Nicaragua ha sido víctima de violencia y represión, ejercida por su gobierno, por causa de sus protestas contra las medidas represivas en relación a los Derechos Humanos adoptados por el gobierno de Daniel Ortega. Según las informaciones de organizaciones internacionales, más de 300 personas han muerto por las fuerzas militares. También hubo relatos de gran número de nicaragüenses torturados y desaparecidos.
Las Iglesias y conventos fueron transformados en refugio para las personas que huyen de la violencia. Expresando su dolor delante de esos hechos, el Papa Francisco endoso al retorno del diálogo que rechaza la violencia, la represión, el compromiso de respetar la independencia y la libertad, sobre todo, respetar la vida de todas las personas.
Delante de esta amenaza a la vida y a los Derechos Humanos, nosotras, Hermanas de San José de Chamberí, condenamos esta violencia permanente y expresamos nuestra solidaridad con el pueblo nicaragüense. Nos unimos en oración con religiosos y religiosas que se ocupan de cuidar a la población ya que, las asociaciones establecidas en sus misiones de Nicaragua, repudian la amenaza a la vida humana y la abolición de los Derechos Humanos.
El tiempo, ahora, para esta nación centroamericana no es para la creación de mártires, pero sí, para desarrollar la comprensión. Juntamente con la Iglesia Católica de Nicaragua, con la Conferencia de los Religiosos de América Latina y del Caribe, con creyentes, Hermanas y Hermanos de otras Iglesias y religiones, así como con los no creyentes, expresamos nuestras preocupaciones y pedimos que esa represión cese inmediatamente. Como mujeres cuyo carisma es ayudar a facilitar la Unión entre todas las personas, creando así relaciones pacíficas, nosotras pedimos a los líderes del gobierno que cesen con esa represión.
Al expresar el deseo por la recuperación de un ambiente de paz, reafirmamos que solamente el diálogo y el respeto por la democracia podrán salvar la convivencia armoniosa y el desenvolvimiento social que benefician a la humanidad y traen paz.
Pedimos a Dios que ilumine a los líderes de esta nación, para que tengan claridad en el cuidado de la vida de las personas y no solamente de los intereses económicos, para que todos puedan tener vida y vida en abundancia (Jn. 10,10).
Pedimos a las más de 1450 Hermanas de San José de Chamberí, a los Asociados y laicos del Pequeño Proyecto, que sirven en 19 países, y a todas las personas de buena voluntad, que se unan a nosotras en oración y compromiso con este país.
La Superiora General en nombre del Consejo General
Hermana Sally M. Hodgdon
Roma, 10 de agosto de 2018
