Por Roberta Pumpo publicada el 19 de febrero de 2018
Anunciado por el Papa Francisco durante la oración del Angelus, el domingo 4 de febrero, Día de Oración para el Congo y Sudán del Sur y celebrado exactamente tres meses después de la vigilia presidida por el propio Bergoglio el día 23 de noviembre, en San Pedro, para las tierras heridas por años de guerras. En el Congo, la violencia es causada por el aplazamiento continuo de las elecciones presidenciales. La verdad, el presidente Joseph Kabila aún está en el poder, a pesar de que su mandato haya expirado en diciembre. Para solicitar su dimisión, el comité de coordinación laico convocó a una nueva marcha pacífica para el domingo, 25 de febrero, después de aquella que aconteció el 31 de diciembre y 21 de enero, reprimidas por la policía. La guerra civil del Sur de Sudán, independiente apenas desde 2011, explotó en diciembre de 2013, cuando el presidente Salva Kiir, del grupo étnico Dinka, acusó a su vice-presidente, Riech Machar, de la etnia Nuer, de organizar un golpe de estado a sus espaldas.
El día viernes, 23 de febrero, la comunidad congolesa de Roma organizó una vigília de oración con adoración eucarística a partir de las 17h00 en la Iglesia de la Natividad en la Plaza de Pasquino, que también contará con la participación de muchos ciudadanos sudaneses residentes en la capital. "El interés continuo del papa en los conflictos africanos, vemos la actitud de un verdadero padre que nunca puede quedarse quieto hasta que sus hijos vivan en paz", dice el padre Sylvestre Kumbo Dusa Adesengie, responsable por la pastoral de la comunidad de los Congoleses en Roma. "Los congoleses que trabajan en Italia hacen sacrificios enormes para poder ayudar financieramente hasta a los mismos parientes que se quedan en África", aclaró.
Día de ayuno y Oración fue acogido con emoción y alegría por los pueblos africanos que insistentemente piden "para no ser olvidados", como Hermana Judith Pereira-Rico, de la Congregación de los Religiosos de Jesús y María, y la directora executiva de "Solidaridad con Sudán del Sur ", una asociación que reúne órdenes religiosas presentes en el país africano al lado de la Conferencia Episcopal local. Las poblaciones de esos dos territorios se sienten "abandonadas" y precisan de "esperanza y dignidad en vez de dinero y ayuda concreta". Hoy, en el sur del mundo, "millares de personas mueren en silencio - continua lo religioso -. Para el resto del mundo, y como si no existiéramos. La Oración deseada por el Santo Padre y sus constantes invitaciones a la paz representan un grande confort para nosotras".
Para mostrar el "genocidio silencioso" en curso en el país de África Central, El domingo 11 de febrero, centenas de personas participaron de la celebración eucarística y de la marcha pacífica que aconteció en la calles del centro histórico de Roma. Entre ellos también el sacerdote congolés, el padre Dieudonné Kambale Kasika, colaborador del Santísimo Sacramento en Tor de Schiavi, que dice que fue "consolado porque finalmente conversamos sobre lo que está sucediendo en el Congo".
