Hermana Paulina Bongiono, 86 años de vida y 60 años de trabajo, dedicación, amor y presencia en el Hospital Psiquiátrico San Pedro en Porto Alegre. Era llamada de Ángel de la Esperanza, pues, aprendió a convivir con la locura sin preconceptos.
Cuando andaba incansablemente por los corredores, enfermerías y rincones del Hospital, sabía el nombre y la historia de cada paciente, que cariñosamente cuidaba. A los enfermos graves, agudos o crónicos ella los atendía con amor. En su testimonio Hermana Paulina dijo que, entiende que por detrás de todo el dolor que la enfermedad mental acarrea, existe un ser humano ávido de afecto y comprensión. Ella conoció muy bien los labirintos de la psique y los matices de la persona humana. Cuando pasaba por los enfermos y funcionarios era tenida como un “bálsamo” que alivia los corazones de los necesitados.
Siempre fue muy competente y dinámica. Hermana Paulina es reconocida y agradecida, por su fuerza de Fe y de Esperanza, algo que es como marca registrada en su manera de Ser. Aún hoy, con 86 años de edad, continúa realizando, periódicamente, visitas a los enfermos y funcionarios del Hospital San Pedro, donde sigue siendo vista como el Ángel de la Esperanza.
Ella recibió un homenaje de la Secretaría de la Salud del Estado do Rio Grande do Sul y Asesoría de Comunicación Social, por su trabajo y dedicación durante 60 años en el Hospital Psiquiátrico San Pedro. Así Hermana Paulina se expresa: Hoy me siento realizada cuidando de los más pobres entre los pobres porque Jesús dice: "Todo lo que hicieran al menor de los míos es a mí mismo que lo hacen”.