Hermana María de Lourdes Savio, nació el 18 de octubre de 1921, en Campo Largo, interior del Estado de Paraná. Desde niña cultivaba en el corazón el deseo de ser toda para Dios, sin saber cómo, cuándo o dónde. Perdió a su madre a los nueve años y en el curso de su vida fue descubriendo la misión que el Señor le había reservado. Conoció a las Hermanas de San José en el internado de Curitiba, donde a los 14 años, ingresó al Postulantado.
En 1936, ya novicia, durante una visita de la Superiora General al Brasil, Hermana María de Lourdes, recibió el don de la Misionariedad. Fue escogida para servir a la Congregación en Francia. Como Novicia, a los 15 años, dejó la patria, la familia, las co-hermanas. Tenía conciencia de que dejaba todo, dando un paso más profundo, decisivo, en la entrega de su vida a Dios. Vivió sus primeros años en Francia, en Moutiers – Tarentaise. Sufrió mucho, pues fue un cambio radical de vida.
A los 16 años, oficializó su entrega a Dios, misionera del Reino, al servicio de la persona humana. De los 17 a los 24 años estudió, realizó trabajos artísticos y se perfeccionó en lenguas. Durante la Segunda Guerra Mundial, vivió una experiencia de mucho miedo, angustia, hambre, frío, nieve y hielo. Los constantes bombardeos obligaban a las personas a buscar abrigo a cualquier hora del día o de la noche, dejándolas siempre en estado de tensión.
Experimentó, también, la solidaridad de enfoque, causada por el mismo sufrimiento que todos vivieron: una poción para salvar vidas, albergar y ocultar señoras judías, compartir el poco alimento que reciben y, sobre todo, la fuerza de la vida para ser capaces de soportar tanto sufrimiento. Integrarse con, a veces, el dolor de los recuerdos de la patria lejana: muerte de su madre, el segundo matrimonio de su padre y la señorita de la familia, sin comunicación durante los cinco años de la Segunda Guerra Mundial.
De los 25 a 32 años, debido a una tuberculosis ósea, consecuencia de los sufrimientos de la guerra, vivió “siete años” de inmovilización en yeso y en estado horizontal. El año 1954, fue un año de recuperación y fisioterapia. En octubre del mismo año, fue parte de la comunidad de la Casa General y asumió la dirección del Instituto Pomponiana, para personas con capacidades diferentes. En 1956, estudió enfermería e hizo post-grado de Supervisión General para Hospitales.
El año 1972, cruzó el océano para regresar a Curitiba, su Provincia de Origen. Fue Superiora Provincial durante dos periodos y después pasó a dedicarse a la misión que hasta hoy desempeña: La formación de la persona humana, buscando mayor profundización en los campos de las ciencias humanas, como la psicología. Este año 2017 celebra 80 años, de consagración al Señor.
